miércoles, 15 de agosto de 2012

Jeremy Bentham

BIOGRAFIA

Jeremy Bentham (1748-1832), filósofo, economista y jurista británico, creador de la doctrina del utilitarismo. Nacido en Londres el 15 de febrero de 1748, fue un niño prodigio que ya leía tratados a la edad de tres años, tocaba el violín con cinco y estudiaba latín y francés con seis. Ingresó en la Universidad de Oxford con 12 años, estudió derecho y fue admitido en el Colegio de abogados, aunque nunca llegó a ejercer. En vez de eso, trabajó en una profunda reforma del sistema jurídico y en una teoría general sobre ley y moral, y publicó breves ensayos escritos sobre aspectos de su propio pensamiento. En 1789 se hizo famoso por su Introducción a los principios de la moral y la legislación.



Bentham fue el líder de los filósofos radicales, entre los que se encontraban James Mill y su hijo, John Stuart Mill. Fundaron y dirigieron la revista Westminster Review, que sirvió para difundir sus ideas reformistas. Murió en Londres el 6 de junio de 1832. Siguiendo sus deseos, su cuerpo fue diseccionado en presencia de sus amigos. Su esqueleto, totalmente vestido y con una cabeza de cera (la auténtica fue momificada), todavía se guarda en una vitrina de cristal en el University College de Londres, en cuya fundación había participado. Según su voluntad, cada año se trasladan sus restos al Senado, donde consta como “presente pero sin derecho a voto”.


UTILITARISMO

“La naturaleza ha puesto a la humanidad bajo el gobierno de dos amos soberanos, el dolor y el placer. Son sólo ellos quienes señalan lo que debemos hacer y quienes determinan lo que finalmente haremos” Jeremy Bentham.

De acuerdo con esta teoría, el criterio final del comportamiento humano es el bien social, y el principio que guía la conducta moral individual es la lealtad a aquello que proporciona y favorece el bienestar del mayor número de personas. La filosofía moral y política de JB y JSM influyó el pensamiento y la actividad política de los ingleses durante más de cien años. El utilitarismo atraía a la gente por su simplicidad y la manera como confirmaba lo que la mayoría ya creía, pues su tesis general sostiene que lo que todo el mundo desea es el placer y la felicidad. Partiendo de este hecho simple, los utilitaristas deducían que se entiende mejor la idea moral de qué es el “bien”, en términos del principio de la felicidad que, para ellos, es “el bien mayor para la mayoría”, y con el que querían significar que se logra el “bien” cuando la suma del placer es mayor que la suma del dolor. Un acto es bueno, en consecuencia, si resulta útil para lograr el placer y disminuir el dolor.

ANTECEDENTES

Buscando los antecedentes del utilitarismo, nos remontamos a los siglos IV y III a.C., tiempo en que el filósofo griego Epicuro desarrolló un sistema de pensamiento, más tarde llamado epicureísmo, que identificaba la bondad más elevada con el placer, sobre todo el placer intelectual y, al igual que el estoicismo, abogó por una vida moderada, incluso ascética, dedicada a la contemplación
También esta teoría recoge influencias del Hedonismo (en griego, hēdonē, 'placer'), en la filosofía occidental, se aplica este término para referirse a la doctrina según la cual el placer es el único o el principal bien de la vida, y su búsqueda el fin ideal de la conducta.
El utilitarismo por tanto constituye un resurgimiento del Epicureismo Hedonista casi 14 siglos después. Al ser el utilitarismo un hedonismo universal, y no un hedonismo egoísta como podría interpretarse el epicureísmo, su bien más elevado consiste en alcanzar la mayor felicidad para el mayor número de personas.
Jeremy Bentham su fundador, tomó su orientación filosófica básicamente del empirista John Locke
Los empíricos como John Locke basaban su metafísica en el mundo observable, no sólo en creaciones teóricas. En contraste con los racionalistas como Descartes, Leibniz y Spinoza, quienes pusieron gran énfasis en el uso de la razón para obtener conocimiento, Locke pensaba que nuestro conocimiento del mundo debería depender de nuestra experiencia diaria, la observación científica y el sentido común. El Ensayo sobre el entendimiento humano de Locke describe a cada individuo como una pizarra en blanco. Las experiencias de cada persona se convierten en anotaciones sobre la pizarra y la hacen distinta de otras personas.
El pensador alemán Immanuel Kant intentó lograr un compromiso entre el empirismo y el racionalismo, restringiendo el conocimiento al terreno de la experiencia, a posteriori, y por ello coincidía con los empiristas, pero atribuía a la mente una función precisa al incorporar las sensaciones en la estructura de la experiencia. Esta estructura podía ser conocida a priori sin recurrir a métodos empíricos, y en este sentido Kant coincidía con los racionalistas. Según Kant, no importa con cuánta inteligencia actúe el individuo, los resultados de las acciones humanas están sujetos a accidentes y circunstancias; por lo tanto, la moralidad de un acto no tiene que ser juzgada por sus consecuencias sino sólo por su motivación ética. Sólo en la intención radica lo bueno, ya que es la que hace que una persona obre, no a partir de la inclinación, sino desde la obligación, que está basada en un principio general que es el bien en sí mismo. A diferencia de Kant los utilitaristas afirman la posición opuesta y dicen que la moralidad depende directamente de las consecuencias Para Bentham las obligaciones legales y las morales son similares en cuanto en ambos casos las condiciones extremas del acto son más importantes que la motivación que en el subyace.

PRINCIPIO DE UTILIDAD

Su lema: La máxima felicidad para el máximo número de personas”.
Mantenía que era posible comprobar de modo científico lo que era justificable en el plano moral aplicando el principio de utilidad. Así, las acciones eran buenas si tendían a procurar la mayor felicidad para el mayor número de personas. La felicidad era equivalente al placer. Mediante una especie de cálculo matemático-moral de los placeres y las penas, se podría llegar a decir qué era una acción buena o mala. Si todos los placeres y las penas estuvieran en el mismo orden, entonces sería posible una evaluación utilitarista de las actividades morales, políticas y legales. Bentham afirmó también que si los valores se basaban en los placeres y las penas, entonces las teorías de los derechos naturales y de la ley natural no eran válidas.
La filosofía de Bentham desarrolla una moral basada en el interés la sabiduría moral consiste en el correcto calculo de los intereses. La virtud es el habito de hacer bien los cálculos. Bentham, ante la critica sobre la imposibilidad de la gente para calcular los intereses de todos sus actos, respondía que la ignorancia podía curarse y cuando se trataba de asuntos de tanta importancia como el dolor y el placer la gente calcula, algunos con mayor o menor exactitud, pero todos calculan.


LAS SANCIONES

Así como el placer y el dolor dan verdadero valor a los actos, constituyen también la causa eficiente de nuestra conducta. Bentham considera cuatro causas de placer y dolor y con el nombre de sanciones, las identifica como originarias de nuestro comportamiento, Sanción es aquello que da obligatoriedad a una conducta o ley. Las cuatro sanciones son: la física, la política, la moral y la religiosa. Bentham lo ejemplifica de esta forma: El fuego quema las posesiones de una persona, o incluso a la persona misma. Si esto ocurrió por accidentes, se lo considera calamidad, si fue por imprudencia de esa persona, ej, olvidarse de apagar una vela, se habla de un castigo de sanción física, si ocurrió por sentencia judicial, será un castigo de sanción política, si pasa por falta de ayuda de un vecino que se negó a proporcionarla será un castigo de sanción moral, si se trata de un acto inmediato del desagrado de Dios, manifestado en razón de algún pecado cometido, será un castigo de sanción religiosa.
En todos estos terrenos, la sanción o causa eficiente de nuestra conducta es, pues, la amenaza del dolor. En la vida pública, el legislador entiende que los hombres se sienten obligados a cumplir ciertos actos solo cuando van acompañados por alguna sanción clara. Bentham da significado concreto a la palabra obligación por medio del concepto de sanción ya que, con él, la obligación significa no cierto deber indefinido, sino la perspectiva de pena para quien no obedezca la regla moral o legal.

EL CÁLCULO DEL PLACER-DOLOR

A todo individuo le interesa evitar el dolor y lograr el placer. Pero los placeres y los dolores tienen diferentes valores. En busca de una precisión matemática, Bentham habla de unidades, o de lotes de placer o dolor y sugiere que, antes de actuar, debiéramos calcular los valores de estos lotes que dependerán de la intensidad, duración, certeza y proximidad del placer. Si además tenemos en cuenta no solo el placer en sí mismo, sino las consecuencias que puede acarrear, deberán tenerse en cuenta otras circunstancias tales como la fecundidad del placer, es decir las probabilidades de que pueda ir seguido de más sensaciones similares y la pureza, o probabilidades de que no vaya seguido de placer, sino de dolor. La séptima circunstancia es la extensión del placer, es decir, el número de personas a quienes se extiende o se ven afectadas por él.
De acuerdo con esta teoría, a Bentham le interesaban especialmente los aspectos cuantitativos del placer, de modo que todos los actos son igualmente buenos si producen igual cantidad de placer. Así, si sumamos todos los valores de todos los placeres por un lado y los de los dolores por el otro y la diferencia está del lado del placer, tendremos como resultado la buena tendencia del acto, si está del lado del dolor, la mala.

BIBLIOGRAFIA

 De Sócrates a Sartre, Samuel Enoch Stumpf, Biblioteca de Filosofía
 Perspectivas de la ética, Adriana E. Fernández Vecchi
 Biblioteca de Consulta Encarta








0 comentarios:

Publicar un comentario